Para hacer realidad el futuro feminista, el movimiento feminista tiene que ser implacable en la lucha por los derechos de las mujeres. Destrozar el patriarcado exige un cambio sistémico, que requiere tiempo y recursos. Sin embargo, los datos de la Asociación para los Derechos de la Mujer y el Desarrollo (AWID, por sus siglas en inglés) muestran que sólo una pequeña parte de la financiación destinada a la igualdad de género llega a las organizaciones de derechos de la mujer que se centran en transformar las estructuras e instituciones de poder que marginan a las mujeres, las niñas, las personas trans* y las comunidades LGBTQI.
El análisis de AWID 2020 muestra que de los 99.000 millones de dólares en subvenciones concedidas por fundaciones privadas en 2017, solo 422,3 millones de dólares -o el 0,42%- se destinaron a organizaciones de derechos de las mujeres.
Si nos fijamos en la financiación de los gobiernos, la situación no es diferente. De los 153.000 millones de dólares de financiación internacional para el desarrollo de donantes multilaterales y bilaterales en 2018, solo 198 millones de dólares, es decir, el 0,13%, se destinaron a organizaciones de defensa de los derechos de las mujeres.
Que menos del 1% de la financiación se destine a la igualdad de género es sorprendente, pero no sorprendente. Las mujeres, las niñas y las personas trans* tienen que luchar duro por cada avance que consiguen en la sociedad, y eso incluye el acceso a los recursos.
Hace tiempo que debería haber llegado el momento de que los movimientos feministas dispongan de más y mejores recursos. Aumentar drásticamente el porcentaje de financiación que llega a las organizaciones de defensa de los derechos de la mujer y darles la flexibilidad necesaria para asignar esa financiación a sus principales prioridades es imprescindible para el futuro de la igualdad de género. Y lo que es más importante, las subvenciones plurianuales les darán la estabilidad necesaria para desarrollar estrategias con una visión a largo plazo.
También es importante que los fondos de mujeres participen en pie de igualdad en la toma de decisiones sobre a quién y qué financiar. La financiación debe canalizarse a través de organizaciones que entreguen recursos directamente a activistas y movimientos.
¿Imagina cuánto más se podría conseguir si la igualdad de género contara con abundantes recursos?
Para más información, consulte ¿Dónde está el dinero para la organización feminista?